Nació en Alemania. Abogada, especialista en derecho administrativo, de migración, penal y de familia. Traductora juramentada.
Colaboradora jurídica externa en Xochicuicatl.
Petra, en tanto mujer alemana, queda seducida desde su juventud por esa alteridad que se le revela en su encuentro con la sociedad chilena. Su trabajo nos pone de presente cómo el encuentro con la diferencia puede producir la construcción de puentes con el otro. Y por supuesto, de lazos solidarios que se extienden para dar acogida, e incluso protección, cuando ese otro se encuentra en una situación de vulnerabilidad.
El haber crecido en un ambiente más bien apacible la llevó, desde muy joven, a desear conocer mundos diferentes. Cuando cursaba la secundaria, se le presentó la ocasión de participar en un programa de intercambio escolar con el Colegio Suizo de Santiago de Chile. Decidió inscribirse y, finalmente, emprendió el viaje en 1972, año que por coincidencia, precedió al inicio de la dictadura militar de Pinochet (1973-1989).
Además de la remembranza de una geografía fascinante, ese viaje dejó impregnadas en su memoria entrañables imágenes y gratos recuerdos de los chilenos, por quienes guarda un especial aprecio desde entonces.
Decidió estudiar su carrera profesional en Berlín, ciudad intercultural por excelencia, que le permitiría mantenerse cercana a la cultura y a las personas latinoamericanas, además de seguir intercambiando en español con ellos. “Estando en la universidad, no tardé en ponerme en contacto con mujeres chilenas exiliadas. Armamos con ellas un grupo para apoyar a las presas políticas en Chile: Comité para la liberación de las mujeres presas políticas chilenas Westberlin (1975). Dicho Comité de Solidaridad, conformado por un grupo de mujeres alemanas y chilenas, surgió en un contexto en el que se promulgaba una dinámica ‘post 68’. Esta nueva ola de grupos buscaba, más bien, independizarse de los grupos tradicionales de izquierda del 68 (maoístas, marxistas, leninistas, trotskistas). La lucha ya no se trataba de estar vinculada a una determinada línea política. En cambio, buscaba concretar apoyos desde el Westberlin. En ese escenario, el movimiento feminista emergía con fuerza. La existencia de este Comité se prolongó del 75 al 78. Durante ese periodo insistimos en buscar la liberación de bastantes presas políticas.
Después de mucha persistencia y logros al respecto, empezaron a quedar los casos de mujeres de las que no había noticia. Fue muy doloroso no encontrar más pistas de su ulterior destino. Estas mujeres desaparecidas, seguían desaparecidas”.
A finales de los años 90, las redes de apoyo a Chile se reactivaron con el proceso de detención de Pinochet en Londres por crímenes de lesa humanidad (1998-2000). Unos años antes había comenzado a ventilarse el caso de una secta conformada por un grupo de alemanes que se instalaron en Chile desde 1961 creando una comunidad cerrada, liderada por el alemán Paul Schäfer, denominada Colonia Dignidad. Es conocido que allí se cometían crímenes como el abuso sexual infantil, torturas y desaparición de presos políticos de la dictadura militar chilena, entre otros. “Este caso me llevó a entrar en contacto directo con algunas de las víctimas, de las cuales tengo una clienta desde 2011. Estamos luchando para que este caso no quede impune ante los hombres ni ante la historia. Yo siempre he seguido vinculada a la comunidad chilena de una forma u otra”.
Antecedentes y vínculo con Xochicuicatl: “Empecé a trabajar como abogada dos meses antes de que cayera el muro (09/11/1989). A partir del Derecho Administrativo, me fui asentando en el Derecho Migratorio, en la medida en que cada vez más personas latinoamericanas buscaban mi asesoría. A partir del Derecho Migratorio, llegué al Familiar y al Penal. Todo se entrelaza: los temas de visado y residencia, y los problemas familiares”.
“Por esa época supe acerca de la existencia de Xochicuicatl e.V. (En adelante Xochi) a través de mis clientes y del medio en el que me movía. Y me pareció muy importante. En su momento, tomé contacto con las coordinadoras Julia Paz, Stella Dreier y también con Susana Yáñez. Sin embargo, fue con Susana con quien más de cerca colaboramos a través del trabajo en equipo, especialmente haciendo frente a casos de maltrato físico y psicológico dirigido hacia la mujer. En aquel entonces, Xochi ya contaba con asesoría social y psicológica, lo cual hizo posible remitirnos internamente los casos, según las necesidades particulares de los mismos. El trabajo interdisciplinario es fundamental para atender a los clientes. Como abogada, muchas veces una se ve enfrentada a orientarlos desde otras facetas además de la jurídica: como asistente social, como psicóloga, o como una especie de “sacerdote”. (…) Además, el tema migratorio es muy afín a otros temas, como los conflictos familiares, los códigos culturales y por supuesto, temas legales; es esencial reconocer sus diferentes perspectivas. En Xochi, la presencia de diversas áreas complementa al área jurídica en la asesoría a los casos”.
“La migración implica un gran cambio, un choque de culturas. Asimilar todo ello requiere de un proceso y un tiempo. Las personas a veces parten con el ideal de un mejor futuro económico, familiar, pero chocan porque aquí encuentran otro contexto. Entonces, se ven enfrentadas a emprender nuevas metas. Recuerdo una clienta que había aprendido alemán en su país de origen y aun así, me decía: «Aquí me siento como una niña». Eso le pasa a todo el mundo en esta situación de migración en un país de diferente cultura e idioma. La persona pueden reaccionar de dos maneras: o tirarse al agua, o hacerse más latina de lo que fue antes”.
Imagen de Xochi: “Primer contacto. Auxilio a aquellas mujeres latinoamericanas con problemas para buscar ayuda. Un lugar donde se puede comprender y atender a esas mujeres en diferentes aspectos: social, psicológico, jurídico. Un lugar de concienciación de estas personas sobre su situación, para que estén en disposición de asumirla y actuar para mejorarla. Que logren dejar de sentirse como objeto y pasar a posicionarse activamente. Xochi hace un trabajo público, en tanto que sirve a toda la sociedad. Ayuda a la integración porque facilita a los afectados su proceso de inserción y a la postre, sus aportes a Alemania; por eso el Estado alemán lo financia”.
¿Cómo imagina a Xochi en 25 años?: “Eso depende de cómo evolucione el proceso de migración en Alemania. El tema de la biculturalidad siempre estará presente y, con éste, los conflictos familiares conexos. El tema de residencia puede ser que siga cambiando”.
Petra, en tanto mujer alemana, queda seducida desde su juventud por esa alteridad que se le revela en su encuentro con la sociedad chilena. Su trabajo nos pone de presente cómo el encuentro con la diferencia puede producir la construcción de puentes con el otro. Y por supuesto, de lazos solidarios que se extienden para dar acogida, e incluso protección, cuando ese otro se encuentra en una situación de vulnerabilidad. Lazos que se integran en un entramado de redes de cooperación mutua, a nivel comunitario e interinstitucional. Ubicamos ahí una clave de su práctica jurídica en el área de Derecho de Migración con población latinoamericana, activa en Berlín desde 1989.
Berlín, 14 de noviembre de 2016
Entrevista y texto: Diomar González Serrano
Revisión de texto: Olga Lucia Ríos González